Subió a lo más alto, creyéndose un dios |
para después caer dando tumbos |
(...) Y sepan todos que por bienes sigo
los que no han de poder morir conmigo,
pues mi mayor tesoro
es no envidiar la púrpura ni el oro,
que en mortajas convierte
la trágica guadaña de la muerte.
Rehúso de gozallo
por ahorrar la pena que recibe
el hombre que lo tiene mientras vive,
cuando es llegado el tiempo de dejallo:
que el mayor tropezón de la caída
en el humano ser es la subida.(...)
Francisco de Quevedo: Heráclito cristiano, salmo XI.
2 comentarios:
¡Vaya leñazo!
En palabras del ilustre Quevedo:
Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.
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