Por aquí de nuevo. Los días de ausencia los he dedicado entre otros menesteres a descansar y viajar. Como habreis adivinado he pisado al fin la gran ciudad del Renacimiento: Florencia, donde trabajabaron al mismo tiempo artistas como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael Sanzio. En la foto de arriba, la portada principal del "Duomo".
"Ningún genio podría igualar el esplendor de su arte" escribió acerca de Miguel Angel Giorgio Vasari, biógrafo y amigo de unos cuantos artistas del Renacimiento.
En este contraluz se puede apreciar parte del puente "Santa Trinitá", que mandó contruir Cosme I de Medici. Lo diseñaron Ammannati y Miguel Ángel. Durante el verano de 1944, el ejército alemán en retirada, lo voló. En la decada de los 50 del siglo XX fue reconstruido, fiel al original, con sus bellas estatuas de las estaciones.
Bajo la "Logia del Porcellino" se monta el mercado del mismo nombre, junto al marrano en cuestión. Éste es una escultura-fuente de bronce, cuyo hocico está brillante y desgastado ya que los turistas lo suelen sobar bastante. Ahora no recuerdo bien lo que quieren conseguir con ello; no sé si es con la esperanza de volver a Florencia o de partir de ella sanos y salvos. El caso es que meten una moneda dentro de la boca del jabalí y, al acariciarle el morrete, al cochino se le cae la baba del gusto, al tiempo que la moneda se la traga una rejilla que engrosará a su debido momento las arcas municipales.
El orfebre y escultor florentino Benvenuto Cellini es el autor del magnífico "Perseo". Tuvo que retirarse un tiempo a la ciudad rival, Siena, a consecuencia de verse involucrado continuamente en duelos, supongo que huyendo de la policía de la época.
Otro detalle en una calle de la ciudad, al atardecer. Continuaremos en futuras entregas con más fotos de esta bella urbe y de otros lugares de la Toscana.
"Ningún genio podría igualar el esplendor de su arte" escribió acerca de Miguel Angel Giorgio Vasari, biógrafo y amigo de unos cuantos artistas del Renacimiento.
En este contraluz se puede apreciar parte del puente "Santa Trinitá", que mandó contruir Cosme I de Medici. Lo diseñaron Ammannati y Miguel Ángel. Durante el verano de 1944, el ejército alemán en retirada, lo voló. En la decada de los 50 del siglo XX fue reconstruido, fiel al original, con sus bellas estatuas de las estaciones.
Bajo la "Logia del Porcellino" se monta el mercado del mismo nombre, junto al marrano en cuestión. Éste es una escultura-fuente de bronce, cuyo hocico está brillante y desgastado ya que los turistas lo suelen sobar bastante. Ahora no recuerdo bien lo que quieren conseguir con ello; no sé si es con la esperanza de volver a Florencia o de partir de ella sanos y salvos. El caso es que meten una moneda dentro de la boca del jabalí y, al acariciarle el morrete, al cochino se le cae la baba del gusto, al tiempo que la moneda se la traga una rejilla que engrosará a su debido momento las arcas municipales.
El orfebre y escultor florentino Benvenuto Cellini es el autor del magnífico "Perseo". Tuvo que retirarse un tiempo a la ciudad rival, Siena, a consecuencia de verse involucrado continuamente en duelos, supongo que huyendo de la policía de la época.
Otro detalle en una calle de la ciudad, al atardecer. Continuaremos en futuras entregas con más fotos de esta bella urbe y de otros lugares de la Toscana.
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